El diario de Shampalwe .
Esta historia ocurrió hace tantas lunas que no queda de ella ni el eco del recuerdo del eco del recuerdo. Sucedió en un tiempo lejanísimo, en una comarca llamada Lago de las Mariposas.
Todo comenzó cuando Dulkancellin y Shampalwe se desposaron durante la fiesta del Sol. Shampalwe era una joven criatura nacida en Wilu Wilu, muy optimista y con su camino predestinado, de cabello negro y largo, estatura baja, cuerpo pequeño cubierto por túnicas claras, con unos diminutos ojos que trasmitían dulzura, calidez y placidez. Estaba acostumbrada a la vida de sacrificio y esfuerzo, por eso mantenía un fuerte lazo con Vieja Kush que fue su amparo sobre la Tierra, realizando sus labores junto a ella.
Los días de Shampalwe se basaban en hacer tortas de miel y calabaza para su amado, hasta que nacieron sus hijos los cuales fueron cinco risas para la revieja.
El primero de ellos fue un niño, que desde pequeño admiraba a su padre como un gran héroe, y se desempeñaba con grandes cualidades en las tareas del hombre husihuilke. Thungur era su nombre, inspirado en la misma águila mora que visitaba a Dulkancellin en las largas tardes de caza, en las épocas soleadas. Thungur al ser el más grande, llevaba las responsabilidades del hombre husihuilke: la caza y la guerra eran sus doctrinas.
Su segundo hijo fue Kume, un hermoso niño que como su hermano Thungur, tomaba con gran habilidad las actividades varoniles. Pero Kume era especial poseía un carácter único, muy tranquilo y aislado, era inteligente, y siempre que podía se salía con la suya sin que nadie se diera cuenta. La tercera fue Kuy-Kuyen una criatura excepcional, que criada desde la dulzura de Shampalwe, y la sabiduría de vieja Kush, tuvo su lugar desde pequeña como una verdadera mujer. Siempre al servicio de su padre y hermanos que traían la comida y el honor al hogar. El cuarto fue un pequeño travieso y curioso, explorador por convicción, entrometido y juguetón; él era quien de pequeño ayudaba a sus hermanas.
Luego del nacimiento de su cuarto hijo Shampalwe se volvió una mujer diferente, más abocada a la naturaleza y a la magia de las Tierras Fértiles,en un sueño un extraño ser obscuro y penumbroso le anunció que tiempos difíciles se avecinaban.
Esa noche Shampalwe no pudo volver a dormir, ya que el sueño la había asustado de tal forma que su corazón se había detenido.
A la mañana siguiente, el sol ascendía nuevamente en el transparente cielo azul. Shampalwe había decidido qué hacer, era la hora de hablar frente a frente con el brujo de la tierra, Kupuca: el más anciano de los ancianos, el más sabio de los sabios, el que siempre tenía la respuesta correcta. Él eliminaría todas las dudas que recorrían la cabeza de la mujer. Entonces luego de darle el alimento a sus jóvenes hijos y a su marido guerrero, partió al encuentro con Kupuka.
Luego de caminar unos cuantos kilómetros hacia el sur, lo vio, allá, sentado sobre unas rocas, con sus ropajes rotos, tan común en él. se acercó rápidamente y le dijo saludando:
_ Te saludo viejo Kupuka.
Sin mirarla el brujo respondió
_ Buenos días mujer del guerrero.
_ He venido a contarte algo muy extraño que me ha alarmado_ dijo ella
_ Pues cuéntamelo y sin titubeos_ la apuro éL
_ En la oscuridad de la noche, cuando ya había cumplido todas mis tareas, un raro sueño llegó a mi mente. Era un lugar oscuro, con olor a muerte en el aire, veía una sombra que asechaba la tribu entera, y yo que no podía hacer nada como si solo pudiera mirar, como si estuviera atada al suelo al igual que los árboles del bosque_.
_Me ha impresionado tu sueño_ dijo el viejo_ pero no te preocupes puede ser solo una extraña premonición, _
_ Como no preocuparme,¿ puede acaso un sueño tan sombrío volverse realidad?
_ ¡Tranquilízate mujer! Ahora yo te tengo que confesar algo.
Shampalwe quedó en silencio, a la espera de las palabras del brujo
_ He hablado con los dioses, he visto tu destino, él te trae una nueva felicidad, te trae una nueva hija destinada a ser especial._ habló tranquilamente el brujo
Shampalwe lo miró asombrada y quedó como una estatua, y miles de preguntas y miedos cruzaron como una estrella fugaz en el cielo por su cabeza. Iba a dar a luz nuevamente a una niña. Al volver a la realidad que se asomaba por su destino, se tiró al suelo y abrazo fuertemente al viejo.
Se levantó rápidamente y fue corriendo a la choza, al abrir la pequeña puerta se topó con Vieja Kush y no dudó en contarle la noticia a la revieja.
- ¡Hola querida Vieja Kush ¡ Quisiera contarle una noticia que me ha llenado de felicidad pero también de un miedo enorme, que no puedo impedir-Dijo la joven.
- Dime pequeña, confía en mí, no hay ni habrán nunca secretos entre nosotras-Dijo Vieja Kush.
- Ayer luego de la salida del Sol, me dirigí a hablar con el Brujo de la Tierra y me ha dicho que dentro de mí está creciendo una nueva criatura- Dijo Shalpalwe.
- ¡Felicitaciones hija mía !Tendré una nueva sonrisa a la que cuidaré como a tus otras cuatro.
(Durante esta charla similar a la de una madre a su hija, olvidaron que Dulkancellin se encontraba dentro de la choza construyendo sus flechas. Este reaccionó abrazando cálidamente a su amada, feliz por la buena nueva. De inmediato, les comunicó a todos los parientes de la Comarca de Wilú-Wilú la noticia. Todos respondieron a su llamado, y como felicitaciones enviaron pequeñas y bellas túnicas blancas para el nuevo ser que pronto nacería.
Shampalwe no conto que este ser sería la salvación de las Tierras Fértiles, y que pronto se aproximaría una osadía.
Con toda la magia oscura de su lado Misáianes ya sabía desde esta noticia, y no tardó en introducir sus dedos malignos en las tierras fértiles, para imposibilitar la llegada de la pequeña que estaba en camino desde el vientre de Shampalwe.
Fueron muchos los problemas mientras Shampalwe tenía dentro suyo a la salvadora de la magia renovadora, muchos sacrificios y muchos eran los problemas que Misáianes le puso en su camino, como enviarle serpientes con veneno para matarla, grandes desastres que azotaban la Comarca Aislada. Pero junto con el inconmensurable amor de Shampalwe, estaba siempre a su lado el más viejo de viejos, el más sabio de sabios, el protector de las criaturas, Kupuka, para cuidarla a ella y a Wilkilen,que así se llamaría la pequeña, nombre que significaba salvación y sanación.
Así fue que luego de 36 sacrificadas lunas, luego de saltear todos los enormes desafíos que Misáianes y la tierra le presentaban Shampalwe, estaba exhausta, y enferma pero lista para concebir a la gran obra del amor. Fue en Lago de las Mariposas el lugar escogido por la magia para dar a luz a la pequeñísima Wilkilen. Y así fue que luego de largas horas de ritual y baile junto al lago, la criatura estaba dispuesta a salir. Dulkancellin y vieja Kush, acompañaban a Shampalwe que con su último respiro trajo a las Tierras Fértiles la salvación. Una mujer, un amor, una criatura se despedía del lado de los mortales, pero una nueva criatura, una nueva esperanza, una nueva vida se alzaba junto a los guerreros husihuilkes.